Actualmente vivimos en una sociedad que genera cada vez más datos. Con cada tecnología que se nos presenta, hay detrás una nueva manera de recoger información distinta a la que se conoce en diferentes aspectos de la cotidianidad. Históricamente, la recolección de estos datos ha ayudado al diagnóstico, prevención y análisis cíclico de las operaciones. La nueva era del internet industrial de las cosas (IIoT, por sus siglas en inglés), donde cada vez más dispositivos están conectados entre sí y producen aún más datos, ha representado un desafío para las empresas en interpretar toda la información de plantas y fábricas.