El vuelo de este lunes de Cabo Verde a Angola fue una pesadilla para Karine Jean-Pierre. La portavoz de la Casa Blanca se vio asaetada por las preguntas de los periodistas que iban a bordo del Air Force One acompañando al presidente en su primera visita a África. Casi todas las preguntas fueron sobre lo mismo: el indulto de Joe Biden a su hijo, Hunter Biden. Pese a sus tablas, su capacidad dialéctica y su experiencia, Jean-Pierre tenía la misión imposible de presentar como coherente lo contradictorio: que Biden confía en la justicia porque no está politizada y que perdona a su hijo porque sus casos estaban politizados. Con el indulto, Biden ha acabado dando la razón, al menos en parte, a su némesis: Donald Trump. Si el demócrata puede sostener que el caso contra Hunter Biden estaba contaminado, ya no cabe descalificar a Trump por decir que sus imputaciones también lo estaban. No solo eso: el indulto a Hunter Biden es una alfombra roja para los propósitos del presidente electo de indultar a los condenados por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.