El Barça no es el mismo Barça sin Lamine Yamal. El equipo está notando muchísimo la ausencia del canterano y los números hablan por si solos. Con Lamine en el campo, el Barça marca muchísimo más, pero también encaja mucho menos por la presencia ofensiva del equipo. Flick es consciente de su importancia pero se niega a forzar el regreso del jugador si no hay plenas garantías de que su tobillo está en plenas condiciones.
La lesión de Lamine preocupó al cuerpo técnico ya que el jugador estaba dolorido. No es una dolencia grave pero sí podría ir a más en el caso de que se le hiciese regresar antes de tiempo. Todo va a depender de las sensaciones del jugador aunque hoy por hoy es seria duda ante el Brest.
El entrenador alemán ya indicó que era un reto ganar sin Lamine pero el equipo queda claro que pierde muchísimo sin el joven delantero. Su influencia es mayúscula ya que se trata del jugador más diferencial arriba y su sola presencia acula a los rivales. Pero por su juventud y por el riesgo de ir hacia una lesión mayor hacen que Flick no desee arriesgar. Ya ha habido casos de tobillos en la plantilla que se han complicado por regresar antes de tiempo.
Lamine ha estado trabajando en el gimnasio estos días y, ni siquiera, se probó para jugar ante el Celta. Ya estaba planificado que estaría de baja entre dos y tres semanas y ahora justo se cumplen los 15 días. Para la Champions va a estar muy justo y Flick tiene claro que se debe priorizar toda la temporada y no solo un partido, a pesar de que puede ser auténticamente clave para quedar clasificados entre los ocho primeros.
No hay decisión tomada pero todo apunta a que si Lamine entrase en la lista, no jugaría de inicio y solo saldría al terreno de juego si las cosas se complican o si el canterano se siente plenamente recuperado. La idea es que sí pueda estar ante la UD Las Palmas en un duelo en el que el Barça no puede fallar si desea mantenerse arriba como líder.
Sin Lamine en el campo, el equipo mete solo un tercio de los goles que acostumbra a realizar. Su ausencia se notó sobre todo ante la Real Sociedad, pero en Vigo los delanteros sí dieron la cara. El problema fue no cerrar antes el encuentro y, sobre todo, los despistes atrás. Lo que queda meridianamente claro es que con Lamine se juega a otro fútbol, con más espacios y más velocidad.