El Barça se dejó dos puntos en su visita al Celta de Vigo tras 5 minutos para olvidar en la recta final del encuentro. Casadó fue expulsado, Koundé falló en el primer gol local y los azulgrana vieron como los tres puntos se esfumaban con el segundo.
A pesar de que el equipo de Flick no estuvo bien a lo largo del encuentro, la realidad es que el partido pudo ser muy diferente con algunas jugadas puntuales. Una de ellas fue un pisotón durísimo de Mingueza a Raphinha en el minuto 40, con 0-1 en el marcador.
El árbitro no lo vio bien en directo y el VAR no le llamó para que revisara la acción, a pesar de que se trataba de juego brusco grave y ponía en peligro la integridad física del jugador, clavando los tacos en la parte trasera del tobillo del brasileño.
La acción podría haber cambiado el devenir del partido, pero no puede ocultar el partido del Barça y las malas sensaciones que dejó el equipo azulgrana en la recta final, con varios errores de concentración que terminaron costando muy caro.