El candidato está dando paso, semana a semana, al presidente. Es una metamorfosis relativamente sutil, pero perceptible, especialmente en el ámbito internacional. La marca Trump, como no podía ser de otra manera, no se va a medida que se acerca la fecha de toma de posesión, pero se despliega de diferentes formas en este especial contexto postelectoral con sabor a hibernación del poder.
