El activismo fiscal es una de las señas de identidad del actual modelo de crecimiento. El auge presupuestario se plasma en la expansión del gasto público, siendo este el principal impulsor del PIB en estos últimos años. También destacan las invocaciones, por parte de un amplio espectro de la sociedad y del sector privado, a una mayor implicación del Estado para afrontar la sucesión de crisis, la espiral de inflación y los riesgos geopolíticos que se han ido sucediendo. Sin embargo, ha llegado el momento de plantear una acción más cualitativa, maximizando la eficiencia de los recursos: el déficit público, si bien en retroceso, amenaza con cronificarse en torno al 3%, y la deuda con permanecer por encima del 100%, dejando poco margen de maniobra ante futuras perturbaciones.
Europa
Se aleja la perspectiva de una pronta recuperación de la economía europea, a tenor de la fuerte contracción de la facturación empresarial en noviembre: el indicador PMI de gestores de compra de la eurozona se sitúa en terreno recesivo, con el peor dato desde enero. Preocupa el declive persistente del indicador en Alemania, y el súbito deterioro en Francia (no hay información todavía para España). Estos datos son coherentes con el débil comportamiento de las exportaciones españolas de bienes en la eurozona, con un descenso en euros corrientes de 0,3% en lo que va de año.