En una mesa se han sentado dos señores muy sabios, siglo y medio de experiencia y reflexión. Entre ambos suman un conocimiento colosal, datos, discusiones y matices sobre grandes cuestiones de la historia continental, la vida de los antiguos, de aquellos que vivían en lo que hoy se llama América, antes del desembarco español. De un lado, el peruano Luis Millones, uno de los antropólogos más reconocidos del cono sur. Millones ha analizado la vida de los incas, como los niños estudian a las hormigas, con devoción y desenfado. Del otro, el mexicano Eduardo Matos, una eminencia de la arqueología mesoamericana, responsable del rescate de los restos de la vieja capital azteca, de las entrañas de la moderna Ciudad de México.