El mundo enfrenta una de las mayores crisis de desplazamiento forzado desde la Segunda Guerra Mundial, con más de 120 millones de personas obligadas a huir de sus hogares. Conflictos armados en Siria, Afganistán, Ucrania, Myanmar, Líbano, la República Democrática del Congo y Sudán impulsan esta alarmante cifra. Ante esta crisis global, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) juega un rol esencial: puede movilizar suministros para más de medio millón de personas y desplegar equipos especializados en tan sólo 72 horas.
Una oportunidad para la innovación y el valor social
Las alianzas con ACNUR brindan a las empresas beneficios que van más allá de la Responsabilidad Social Corporativa. Estas colaboraciones muestran un compromiso auténtico con el bienestar global, fortalecen la cohesión y el compromiso de los empleados, mientras impulsan objetivos de diversidad e inclusión, creando una cultura organizacional más sólida y generando un impacto positivo en el valor empresarial.
El sector privado tiene la capacidad de fomentar buenas prácticas y promover una narrativa más positiva sobre los refugiados. Gracias a la tecnología, las entidades privadas pueden captar talento refugiado, fomentando la innovación y creando valor tanto social como empresarial. ACNUR establece alianzas innovadoras que trascienden el asistencialismo, abordando proyectos en áreas como la tecnología y la lucha contra el cambio climático. “Consideramos que las alianzas van más allá de las contribuciones financieras y nos comprometemos a alinear nuestros programas con las normas ESG, que forman cada vez más parte integrante de las estrategias empresariales. Estamos abiertos a explorar diversas formas de trabajar juntos para crear un impacto social significativo”, explica el responsable de Relaciones con el Sector Privado en Europa de ACNUR.