“10, 9, 8, 7…”. Después de más de un año de espera, un grupo de jóvenes mexicanos esperaba con ansias el despegue que cambiaría sus vidas. Parados en Cabo Cañaveral, en plena cuenta regresiva, hubo sonrisas, lágrimas de emoción y orgullo por todo el trabajo realizado. Fue un 4 de noviembre cuando el reloj marcaba las 20.29, cuando un cohete de Space X, del polémico empresario Elon Musk, lanzaba el espacio el MCB-1, el último experimento de México en el espacio. Esta historia, sin embargo, comenzó a cientos de kilómetros de Florida, con 11 chicos que no se conocían hasta hace poco y que sin haberse visto las caras, compartían un sueño lejano y que parecía imposible hasta que se volvió realidad.