En noviembre de 2024, la ciudad de Los Ángeles, California, se ha declarado “ciudad santuario”, lo que significa que ahora prohíbe el uso de recursos locales para ayudar a las fuerzas federales de inmigración en respuesta a los planes de deportaciones masivas del presidente electo Donald Trump. La ordenanza del ayuntamiento, que refuerza una orden ejecutiva de 2019, prohíbe a las instalaciones y funcionarios de la ciudad cooperar con los agentes federales de inmigración o compartir ciertos datos sobre residentes. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles también reafirmó su estatus de santuario para los inmigrantes indocumentados y los estudiantes LGBTQ, al aprobar resoluciones para capacitar al personal sobre la interacción con las autoridades de inmigración. Estas medidas representan un desafío directo a las políticas de inmigración de la administración entrante de Trump, ya que el “zar de la frontera” designado por el presidente electo, Tom Homan, insiste en que estas ciudades no impedirán la expulsión de migrantes.