Uno de los últimos unicornios españoles, es decir, una joven compañía que ha alcanzado un valor estimado de 1.000 millones de dólares, comenzó con su fundador y tres deudas. Para completar el capital necesario, hipotecó primero su casa, luego la de sus padres y por último la de sus suegros.
Empresas, empleo, educación… y voluntariado
Fundación Cellnex tiene diferentes líneas de intervención basadas en el emprendimiento, la innovación, la empleabilidad, la educación y la generación de conocimiento digital. La de emprendimiento se canaliza a través de Cellnex Bridge y La Innovación Rural, basadas en tecnologías digitales como potenciación del ecosistema social. Dentro de la línea estratégica de educación y generación de conocimiento digital destaca el programa Youth Challenge, centrado en la lucha contra el abandono escolar y el fomento del empleo juvenil y las vocaciones tecnológicas mediante formación, mentoría y talleres. Participan hasta 1.300 estudiantes de ocho países. Por su parte, la participación en Technovation Girls, con el que colabora la fundación, estimula la vocación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas) de niñas y jóvenes, y ya ha beneficiado a más de 300.000 familias en 120 países. El vector de empleabilidad trabaja con entidades sociales para capacitar a colectivos vulnerables en riesgo de exclusión social.
Adicionalmente, se participa en proyectos vinculados con la conectividad, la actividad de Cellnex, digitalizando edificios, áreas singulares y personas, por ejemplo en zonas rurales de Montserrat y Berguedà (Cataluña) y Asturias. También desarrolla proyectos de sensibilización y protección de la biodiversidad. En todas estas iniciativas es clave el compromiso de empleados y antiguos colaboradores mediante su voluntariado corporativo, pilar fundamental de la fundación.